La tokenización es el proceso de representar o incorporar un derecho o valor en una infraestructura de registro distribuido (DLT). La naturaleza de lo que puede tokenizarse, sus efectos jurídicos y el grado de protección que ofrece dependerán del marco regulatorio aplicable en cada jurisdicción.
Más allá de su definición técnica, la tokenización aporta eficiencias significativas en la gestión, custodia, transmisión y colateralización de derechos y activos. Sin embargo, su valor diferencial no radica únicamente en la digitalización de un activo, sino en las posibilidades que habilita:
* Programabilidad del activo y su integración con ecosistemas automatizados.
* Vinculación a atributos específicos de su titular o controlador.
* Accesibilidad a mercados globales operativos 24/7, con negociación P2P y transfronteriza.
* Reconocimiento de legitimación basado en el control sobre el activo.
* Optimización de rendimientos, permitiendo su uso como garantía en protocolos DeFi o su integración en modelos de financiación alternativa.
* Mayor eficiencia y seguridad en la ejecución de obligaciones y derechos.
Además, desde una perspectiva de interés general, la tokenización aporta un grado de transparencia y trazabilidad sin precedentes, facilitando la supervisión en tiempo real, el rastreo de operaciones y la adopción de medidas regulatorias con mayor precisión.
Los argumentos para la tokenización son sólidos y cada vez más evidentes. En un entorno digitalizado, la pregunta ya no es por qué tokenizar, sino qué razones quedan para no hacerlo.